La arcilla es una roca sedimentaria terrosa cuyo color blanco, pardo, amarillo, rojo o verde, depende de la cantidad de óxido de hidrato de hierro que contenga el terreno del que se extraiga.Fue empleada ya por los médicos egipcios de la época faraónica para curar heridas, infecciones y problemas de la piel; y es que la arcilla posee uno de los campos de acción más extensos en lo que a curas se refiere.
Algunos de los usos más extendidos son:
Acné: se aplica una mascarilla de arcilla y, una vez seca, se deja sobre la zona más o menos veinte minutos y se aclara con agua limpia.Podemos repetir dos o tres veces por semana siendo el mejor momento por la noche.
Aftas bucales:mezclamos una cucharadita de arcilla en polvo con un vaso de agua no muy fría y aclaramos la boca durante un par de minutos.Conviene repetir el procedo día y noche hasta la desaparición de las aftas.
Heridas superficiales: limpiar bien la herida con agua y jabón y aclararla con agua arcillosa. Secarla con cuidado y espolvorear arcilla en polvo.Si además hay infección se puede cubrir la herida con una cataplasma gruesa de arcilla y cambiarla con frecuencia.
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